sábado, 18 de mayo de 2013
PRINCIPIOS FILOSOFICOS DE LA EDUCACIÓN VENEZOLANA
La educación la entiendo como un proceso permanente o continuo y cambiante en el cual se orienta a un ser humano para desarrollar sus habilidades y aptitudes y así poder aplicarlas en la vida diaria, teniendo con ello todo lo necesario para poder desenvolverse de la mejor manera dentro de la sociedad. No obstante viven personas que carecen de la posibilidad de ser educados, ya sea por la falta de recursos económicos, porque no se cuenta con una escuela cercana y se tiene la necesidad de viajar durante un largo tiempo en condiciones deplorables, la presencia de desigualdades, entre otros factores presentes como impedimentos para la impartición de la educación.
El Estado pretende terminar con los obstáculos anteriores, quiere que todos los individuos con edad escolar tengan acceso a la formación académica dentro de una institución educativa, se intenta conseguir la universalidad de la educación básica deseando atender el derecho que todas las personas tienen para recibirla. Como lo menciona Fernando Savater para universalizar se tiene que “poner al hecho humano –lingüístico, racional, artístico…- por encima de sus modismos; valorarlo en su conjunto antes de comenzar a resaltar sus peculiaridades locales; y sobre todo no excluir a nadie a priori del proceso educativo que lo potencia y desarrolla.
Para alcanzar dicha universalidad existen tres principios filosóficos de la educación, creados con el fin de eliminar las dificultades, con el propósito de que la enseñanza básica sea para todos, sin excepción de razas, géneros, clase social, religión o cualquier otro factor. Estos principios son: obligatoriedad, laicismo y gratuidad. Cada uno contenido en los artículos 4º, 5º y 6º de la Ley General de Educación, respectivamente, y con el deber de todos de llevarlos a la práctica en el terreno de la educación. Sin embargo, surge una pregunta ¿en verdad son aplicados?
En el pasado sólo las clases privilegiadas tenían acceso a la educación, pues no existían tales principios filosóficos como se conocen en el presente. La enseñanza de los aztecas era impartida por el Estado y eran dos escuelas las que la proporcionaban: el Calmecac, donde se instruía a los nobles sobre todo con enseñanza religiosa; y el Telpochcalli, donde se preparaba para la guerra a los de clase media. Los que no tenían acceso a estas instituciones, sólo recibían educación doméstica. Una forma parecida sucedía en la educación recibida por los mayas, había diferenciaciones entre los estratos sociales.
Durante un tiempo, la enseñanza no estaba a cargo del Estado sino del clero y de particulares, por lo que la instrucción en muchas ocasiones también era religiosa. Como siempre, las clases de escasos recursos no contaban con educación. Con la Constitución de 1857 se declaró en el artículo 3º la libertad de enseñanza. En 1867, se establece en la Ley Orgánica de Instrucción Pública a la enseñanza primaria gratuita, laica y obligatoria. En 1992, estando el presidente Salinas de Gortari, se reforman los artículos 3º y fracción I del 31: “la obligación de impartir la educación preescolar, primaria y secundaria corresponde al Estado”.
Actualmente, con las reformas efectuadas, el artículo 3º de la Constitución de 1917 nos habla de los principios filosóficos de la educación de la siguiente manera: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación el Estado -Federación, estados, Distrito Federal y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria”. Fracción I, Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa. Fracción IV, toda la educación que el Estado imparta será gratuita.
La obligatoriedad se introduce en el año de 1842 e implica que es obligación del Estado proporcionar educación básica a todos, teniendo ellos el deber de permanecer en la escuela durante un tiempo, adquiriendo una diversidad de conceptos. Dentro de este principio podemos encontrar igualmente varios valores que también deben ser aplicados: la igualdad, con ella trataremos a todos por igual sin preferencias hacia cierto grupo social o personas de manera individual; la educación será proporcionada a todos los que la requieran sin tener en cuenta los aspectos particulares de la vida de un individuo.
Con la democracia dentro de la universalidad se nos hace referencia de que se deben ofrecer, por parte del Estado, las mismas oportunidades para ser educado, sin diferencia alguna y con la misma educación para todos, ayudando, así, al alumno a incluirse en la participación social. Además de los dos valores mencionados también agregamos el de la justicia, sería dar a cada quien a lo que tiene derecho: todos tenemos derecho a estar en una institución educativa recibiendo una instrucción académica que nos sirva para nuestra vida.
La laicidad nos quiere decir que la educación debe mantenerse ajena a cualquier doctrina religiosa y no dar preferencias a las personas de cierta religión (igualdad), no por pertenecer a cierto culto no se permitirá la inscripción a una institución pública. Con esto no se tendrá problema al elegir la doctrina religiosa de nuestra preferencia, estaremos en libertad de hacerlo y no por ello se nos privará de la educación, tampoco se nos discriminará por tales motivos; teniendo así las creencias pertinentes para cada uno. Otro de los valores aplicables en el laicismo es el respeto, gracias a él serán respetados nuestros credos. Además, con la igualdad no permaneceremos distantes de los demás, pues todos seremos tratados con equidad.
Gracias al principio filosófico de gratuidad las personas en edad escolar y de recursos económicos bajos tienen oportunidad para realizar su educación básica. Aunque se establezcan cuotas por los padres de familia para pagarlas al momento de la inscripción, no hay impedimentos para que el trámite se realice si esos montos no son pagados. Con esto no sólo las clases privilegiadas podrán recibir una instrucción dentro de un plantel educativo, todos contarán con esa posibilidad sin distinción alguna. Sin embargo sí existirán diferenciaciones acerca de la calidad educativa entre una escuela y otra, pero ese tema no lo tocaré en este escrito.
Al observar en algunas escuelas secundarias visitadas los principios filosóficos ya mencionados, me pude dar cuenta, gracias a lo que dijeron los directores o coordinadores de cada escuela, no porque yo lo haya observado en los espacios de los planteles pues no se notaban muestras que ayudaran a la integración de mi trabajo, que dichos principios se aplican en la mayoría de las veces. En las cuatro escuelas (dos técnicas, una general y una telesecundaria) en las que pude estar presente para realizar mis observaciones es aplicable la gratuidad, la obligatoriedad y la laicidad.
Las secundarias visitadas no cobran para realizar una inscripción, sino que la sociedad de padres de familia determinan un monto como cuota voluntaria, la cual si no se paga no hay problemas con la permanencia de un alumno en el centro educativo, no por ello se le expulsará, pues se estaría violando el artículo 3º. Hay padres que adeudan esa cooperación y no se les exige el pago de la misma. Las autoridades escolares tienen muy en cuenta la gratuidad en la educación básica impartida por el Estado.
Respecto a la obligatoriedad, en diversas instituciones realizan examen de admisión o de diagnóstico. En dos (la general y la telesecundaria visitadas) si hay quienes quedan sin lugar para asistir al plantel por la falta de más espacio, ésta es una causa del rechazo, en la otra todos son admitidos (técnica). En la cuarta (técnica) hay pocos alumnos por lo que es necesario recorrer la comunidad para invitar a padres a inscribir a sus hijos en ese plantel educativo y así continuar con su formación.
En relación con la laicidad en las dos secundarias técnicas y la general, la diversidad de religiones es respetada, se permite a los alumnos no saludar a la bandera si su credo no se lo permite, con la condición de permanecer en posición de firmes. En la telesecundaria la directora nos manifestó la petición de algunos padres al inicio del ciclo escolar para que sus hijos no asistieran a los actos cívicos, ella dijo no poder autorizar el permiso pues todos debían saludar a la bandera, no importando religiones. Por tal motivo los interesados en la inscripción tuvieron que ir en busca de otra escuela donde no fueran tan estrictos en este asunto.
El maestro, al tener en cuenta los principios filosóficos, permite que la educación de un alumno sea de la mejor manera, sin favoritismos, con una buena convivencia. Además dichos principios son muy importantes en la vida estudiantil, deben ser conocidos no sólo por docentes sino por todos los que estén involucrados en el proceso de formación educativa; asimismo deben ser llevados a la práctica, no quedarse en intenciones. Si esto es así se permitirá que la matrícula aumente, pues los individuos que estaban más apartados de una escuela tendrán facilidades para ingresar a una.
Con lo dicho y vivido hasta el momento me doy cuenta de que en la mayoría de las ocasiones los principios filosóficos se llevan a la práctica, unos más que otros. Pero con lo visto en cuatro secundarias de no puedo decir que mi escrito es de manera general y aplicable en todo el Sistema Educativo, pues pueden existir muchas variaciones de una institución a otra, así que la pregunta planteada al principio sólo le doy respuesta en lo que respecta a una pequeña muestra y queda abierta para el resto de los centros educativos.
Ley General de Educación
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